Cuando se presenta dolor en la zona anal, muchas personas no saben si están ante una fisura o una fístula. Y esto es lógico por dos motivos: porque ambas afecciones pueden parecer similares por sus síntomas y porque, obviamente, hacer un diagnóstico no corresponde a la persona que lo sufre: debe hacerlo un médico. Hablamos de dos dolencias muy diferentes y que requieren tratamientos distintos, así que, en caso dolor en esta zona del cuerpo, pida una cita con el Dr. Alberto Parajó Calvo para que pueda atenderle en su consulta de cirugía general y del aparato digestivo de Ourense y Vigo. ¡Sabremos averiguar lo que le ocurre!
¿Qué es una fisura anal?
La fisura anal es una pequeña herida en el revestimiento del canal anal. Suele deberse al esfuerzo al evacuar, especialmente si las heces son duras, o por diarrea frecuente. También puede aparecer tras el parto.
Los síntomas más comunes incluyen dolor agudo durante y después de la defecación, sangrado leve y una sensación de escozor o ardor. Muchos pacientes también sufren espasmos en el esfínter anal, lo que intensifica el dolor.
¿Y qué es una fístula anal?
En cambio, la fístula anal es un conducto anormal entre el interior del ano y la piel cercana. Suele ser consecuencia de un absceso que no ha cicatrizado bien. Es habitual que provoque supuración continua de líquido con mal olor, molestias persistentes, inflamación e incluso fiebre si hay infección activa.
Uno de los indicios más claros de que se trata de una fístula y no de una fisura es ese drenaje constante por un orificio externo, algo que no ocurre con las fisuras.
Diferencias clave entre fisura y fístula anal
- Origen: la fisura suele deberse a un traumatismo local; la fístula, a una infección previa.
- Síntomas: en la fisura predomina el dolor agudo al evacuar; en la fístula, la supuración continua.
- Tratamiento: la fisura puede mejorar con medidas conservadoras; la fístula requiere cirugía casi siempre.
Tratamiento personalizado y eficaz para fisuras y fístulas anales
En el caso de las fisuras, el tratamiento que propone el Dr. Parajó busca relajar el esfínter y favorecer la curación: baños de asiento, pomadas específicas, antiinflamatorios y recomendaciones dietéticas son el primer paso. Si no hay mejoría, se puede realizar una intervención llamada esfinterotomía, sencilla y segura, con resultados excelentes.
Las fístulas, por su parte, exigen un enfoque quirúrgico más complejo. La técnica a aplicar dependerá del trayecto de la fístula, de la anatomía del paciente y de posibles intervenciones previas. El objetivo siempre será cerrar la fístula minimizando cualquier riesgo de incontinencia.
¿Preocupado por un dolor en la zona anal? Pida una consulta
Si sufre molestias persistentes, sangrado o supuración, lo mejor es acudir a la consulta de nuestro experto en coloproctología y aparato digestivo en Ourense y Vigo. Con una valoración adecuada, se puede aliviar el dolor, evitar complicaciones y mejorar claramente su calidad de vida. ¡Puede llamarnos hoy mismo y resolver sus dudas con un especialista de confianza!